"Las mentiras de Olga Mesmer"
Es verano del 2003, estoy al filo de lo más inesperado. No se sabe nada. No hay noticias de mi destino. Aunque la carta de un diablo, de un futurologo del parque del Retiro, me asegura el éxito. No quiero volver, pero me gustaría estar con ustedes. Nunca me sentí tan a gusto en Madrid, en esta cueva de color fucha y rojo.
Me invaden muchos recuerdos, será porque hace sólo meses, invadir estaba de moda,como esos pantalones militares, que combinan tan bien con t-shirts de colores rojos. Respiro, entre tanto humo y asfalto, respiro, ¿será asfalto ya un cliché? Sólo se ve un horizonte, hay luz, pero no se ve nada más. Me fui con las manos vacías, no tenía nada. Pues nada ha cambiado, no tengo nada. Eso sí, estoy a punto, a punto de crear por fin, de una vez y sin miedo. Creo que me he re-inventado. Y se siente cabrón.
No sé como enamorarme y mucho menos enamorar. Follar ha pasado a ser un souvenir de esos que dicen: “alguien que piensa en ti, te trajo está camisa de Cuenca.” Prefiero masturbarme. Es simplemente genial haber abandonado, haber dejado sola a esa gran ambición de amar u odiar a alguien. Soy más inocente que Laura Guzmán, culpable y por supuesto más inocente que Laura Hernández. Debería hacer algo para escapar, pero no tendría chiste correr, porque uso tennis todos los días para caminar por las calles de Madrid, la gracia estaría en correr con tacones, como la modelo del anuncio de Axe for men.
El amor ha vuelto a ser un misterio, como las claves de los softwares sofisticados, que sólo los “hackers” las saben. Claro que me da miedo, pero tengo fe de que alguien se inventará un virus de esos que te llegan a omesmer@hotmail.com y te ocupan 375 de memoria, y luego te llenan el buzon y no dejan que te entren otros mensajes. Esos virus que aprietas sin querer y ya están comiéndose tu memoria.
Alguien no sabe que hablando conmigo, me enseño una nueva forma de volar que nunca se me habia ocurrido. La idea me da claustrofobia, pero no la descartaré.
Alguien, sin conocerme, llegó a la conclusión de que soy una pluma y que vuelo, como la María Luisa de Oliverio Girondo.
¿Hay alguien que haya hecho algo por ti ultimamente? ¿Has hecho algo por alguien, tú? (Esta línea le ha sido robada al Bonifacio del periódico del Domingo)
Las primeras 20 personas en responder este mail, recibirán… pues un carajo.
Fundido a Negro
No comments:
Post a Comment