"Las profecías de Olga Mesmer"
Cuando la bolsa suba en el 2005
Tom Jones venderá todos sus bienes inmuebles y ese dinero lo invertirá en la bolsa, porque para el 2005 la economía mejorará y todo será como en los Angeles, como en Bevery Hills 90210. Y tendrá mucho dinero, y podrá comprar una casa y vivir sin ninguna otra ambición.
Morderá en el cuello a chicas en los parques y seguirá siendo un cocodrilo, aunque su estado favorito sigue siendo California, no Florida. Volverá a quedar con alguna chica del chat, como aquel verano del 2003, tal vez conocerá a alguna otra en el Palacio de Gaviria. Le dirá cosas impresionantes, aunque para esa fecha la palabra impresionante ya no será tan impresionante. Seguirá siendo un insensible y en la primera cita les preguntará cosas, como: “¿Te gusta el sexo anal?”.
Dublín en verde y sus treboles de la buena suerte, ya no le harán gracia, querrá regresar a Madrid, porque aunque su apellido es Jones, su madre es muy española, olé. Un martes de ese mismo año, Jones tendrá una intoxicación de pulpo a la gallega y pimientos verdes.
- Joder, hace tiempo que no vengo al barrio, todavía sigue la vecina sentada en la misma mesa con sus crios, la verdad es que todavía se conserva, la muy… No, quiero decir, que tú si que eres guapa, a ver, cuentame un poquito de ti. ¿No quieres más pimientos?
La chica que se quedará mirándolo perpleja, por el comentario de la vecina, y tratará de sentir algo por él.
- ¿Qué edad tienes?- preguntará la chica.
- Joder, como te obsesiona el tema, ya te dije, nací entre el 70 y el 76.
Jones tendrá mucha suerte, porque la chica a pesar del comentario, irá al Parque del Oeste con él. Él intentará besarle el cuello y le halará los pelos.
- ¡Ay!¡Me has marcado!¡Sueltame! Violador de segunda…Bruto…
- Anda, dame un besito.
Se volverán a encontrar en el piso de ella, con la excusa de salir más tarde de copas. Pero no saldrán. Porque Jones seguirá siendo un cavernícola picapiedras y acorralará a la chica en el sofá, ella casi, ni lo mirará, porque no era lo que ella esperaba, sin embargo, como ella nunca ha estado con un oso y cocodrilo a la vez, decidirá tener por primera vez, un momento de zoofilia a domicilio. En pleno acto sexual, la chica se desilucionará de él y él le pedirá por favor, si se puede correr en sus tetas. Ella caerá rendida de sueño, le dirá, “bueno, ya echaste tu polvo, ahora, adiós”. A él no le importará, porque tendrá que ir a trabajar muy temprano en el trabajo que le generará ingresos que él invertirá en el 2005. Jones le pedirá a la chica que se despida de él, ella no irá, sólo escuchará su voz diciéndole, “hablamos mañana”. Ella se levantará a poner en el stereo la canci ón de “Pedro P” de Rafaella Carra.
Tom Jones, nunca se enamorará, eso sí, tendrá mucho dinero y a los 70 años, pedirá por catálogo a una chica oriental de 18, porque es muy tradicional y no aguantará, para esa fecha, la super tecnología de los “softwares” Oracle .
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