Baquiné para el árbol de Miramar, en la calle Hernández

“A tío Kokel” 29 de enero de 2008

“Sólo quería defender algo que no es mío, hasta las últimas consecuencias. Total…la gente no camina por las aceras de Miramar, ni de noche, ni de día, tienen miedo, a muy poca gente veo caminar, no sé por qué se preocupan tanto por ellas.”
Nydia Antonia Russe

“Y el niño muere y se celebra un baquiné de fiestas, drogas y vino, porque es un niño lo que ha muerto, es un angelito que va seguro al cielo. Es un árbol con comején que ha esparcido sus ramas por la acera agararrando sus raíces al acueducto y a la fuente para mirarse en ella, encontrarse y asombrarse de su luz tan intensa que quema y le hace perder la razón… hasta que muere. ¿Tiene que morir el árbol? Pues tiene comejen y está rompiendo la fuente con su luz, es lo correcto, las aceras levantadas pueden hacer caer a los transeúntes y podrían demandar al municipio. Cortarle un poco las ramas, romper las aceras para cortarle las raíces, matarle el comején ¿esas no son opciones para que el árbol no muera? El árbol tiene que morir. ¿No es más importante la fuente de luz que quema y derrite mi piel? El árbol con el verde de sus ramas y su sombra me defiende de esa luz, es por eso que no quiero que el árbol muera. Los vigilantes están inquietos, esperando a que empieze la tala, porque si ese árbol se corta y ellos no tienen los permisos… aquí habrá sangre, más sangre que en Sweeny Todd. ¿Cuántos años puede tener ese árbol? Muchos. Ese árbol tiene todo el derecho del mundo de estar ahí, firme y vivo. Está vivo. Ese árbol está vivo y me consta, porque ese árbol se mueve y esquiva todos esos rayos de luz que me queman, además note las dimensiones que adquieren el contraste del amarillo de la luz y el verde de sus hojas. Es la naturaleza que no tiene orgullo, ni moral. Es. La naturaleza es. La naturaleza no se plantea nada, y su belleza sobresale, sobre todas las cosas, sobre toda las razones, sobre toda lógica o decisión correcta. Para mí es un árbol, un hermoso árbol que cumple con su ser y estar aquí. Yo veo el árbol, ellos ven su comejen y sus largas raíces que dañan todo hasta llegar al acueducto, a la fuente en la que tú te miras y yo te miro. Y te inclinas para mirarte en ella, encontrarte y asombrarte de su luz tan intensa, que quema y te hace perder la razón… hasta que mueres. Muere el árbol. Muere ella.”