Hundido en el hielo, muerto. Así terminó el afamado boxeador de todos los tiempos, la gloria boricua del deporte nacional, Felipe, “Pipo” Camacho, áquel que desfiló por la Baldority recibiendo saludos y banderas. ¡Pipo! ¡Pipo! Sí, Pipo Punch, si hasta un jugo le hicieron en su honor. Y cuántos niños dijeron que no a las drogas gracias a sus anuncios y sabios consejos. Las casas se abarrotaban los sábados de “pay per view”, y todas eran galardonadas de deliciosos entremeses de Sam’s y Cotsco, entre ‘round y round”, Medallas y neveritas de “foam”. Tú pones la mitad y yo pongo la otra, dile a tu hermano que lleve los dominos, hoy es la pelea de Pipo.
“De la Hoya”, el Chihuahua de Reynaldo, “El Rey”, Gónzalez, peso pluma, y bastantes que resultó tener, si es que su padre siempre lo supó, flotaba en la bañera de hielo, mientras, “La Reina”, como le decían en la disco, abrazaba el cuerpo de su adorado Felipe. Seguiré siendo el rey, Pipo, por ti, porque tú me hiciste, no te mueras, no te mueras, “De la Hoya”, perrito lindo, resiste, resiste. Cuando “La reina, Reynalda” ganó la medalla de bronce en los Panamericanos, las “transex” de la disco, no lo podían creer. Cabrona, ahora sí que se le dio, ya la veo desfilando por Bayamón, como la Dayanara , con poster y todo. Y su cara en todas las panaderías, ja, ja, ja, cerca de los salchichones. Una racha de logros en el aficionismo le allanó el camino hacia el boxeo profesional. “El Rey Gónzalez” había ganado el campeonato Mundial Juvenil celebrado en Lima. “El bayamonés repite la misma pelea en el Mundial de Montreal”. “El primer medallista de oro en el Campeonato Panamericano celebrado en Salinas. Bronce en los Juegos de la Buena Voluntad en San Petersburgo.” Un año después, a pesar del asesinato de Felipe “Pipo” Camacho, y del escándalo que la prensa denominó: “Boxeo Rosa”, se le proclamó campeón mundial welter de la OMB, al noquear en Alemania al ruso cubano, Héctor del Casals.
***
¿Pipo? ¿Una de las glorias nacionales del boxeo, en una disco gay mamándoselo a esta perra? Pero.. ¿está loco? ¿y si lo mangan? Perdón, perdón, sigan ahí, que yo canto en lo que ustedes terminan. “And the Copa, Copa Cabana, music and fashion, were always the passion, at the copa”. No sé que hacer, pero darle masajes a boxeadores culi pelús, no es mi destino, y soy pato y musculoca y a mucha honra, pero reina de belleza tampoco es lo mío, y si… coño, además es un celebrity… ¡Qué me lo mame a mi también, coño! Oye vieja, dame de ese trozo, no abuses que el tipo está borracho. ¿Tú sabes quién es ese? Jajajajaja, ese mismo, El Pingo Camacho, cabrona, respeta que él es patrimonio nacional y… ¡Noooo! No le des más polvo, que él no usa drogas, bruta.
Rey trabajaba dando terapia física en la Ciudad Deportiva. Desde pequeño siempre había querido ser boxeador. Todos sus perros, desde que tenía cuatro años, tuvieron nombres de boxeadores. En su casa nadie lo tomaba en serio, mucho menos su padre, entrenador de boxeo, que aceptaba su “condición de gay”, con las muelas de atrás. Papi me marginó y ahora soy un simple masajista. Con este cuerpo y la agilidad que tengo para el oficio. Cabrón, si él me hubiera enseñado te juro que a muchos de esos boxeadores me los hubiera llevado a la lona mucho antes que tú.
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Pipo durmió como un rey entre sábanas de Martha Stuart y adornos de Marshalls, que para nada pegaban unos con los otros. Asustado empezó a recoger su ropa, hasta que se encuentró con la pintura del “Boxeador Rosa”. ¿Te gusta? La pinté yo solito. Las “queenas” dicen que es mi alter ego. Y a lo mejor aquí en este país no llegue ni al primer round en este deporte, pero en Rusia, ser mariquita no importa, mira lo famoso que es el cubano ruso este…Héctor del Casals. El tipo salió de Cuba, porque por poco lo matan los macharranes del oriente…¡como está el hipócrita por ahí! ¿no crees? Pipo desorientado le siguió la corriente. Oye, perdona, ¿cuál es tú nombre? Reynaldo. Tremendo, Reynaldo, ¿me pasas mis boxers? Mira, mariquita de oriente, no te vengas a hacer el desentendido conmigo, tú eres un bugarrón, anoche se lo mamaste a toda la discoteca y yo, “La reina”, te salvé de mamarselo a la “Luisfe”, la vieja esa que se viste de Judy Gordon, así que lo estuve consultando toda la mañana y ya sé lo que quiero a cambio de guardarte el secreto. Con todo el respeto, amigo, si quieres chavos, no tengo muchos, tú sabes lo mal que me va. No, si yo sé, que mucho anuncio de drogas, pero bien que te jartaste anoche y no fue de fruit punch. Mi carrera está en las últimas y no me puedo dar el lujo de este escándalo, bregate el caso, mami. Quiero ser boxeador y el mejor, como tú, quiero desfilar por las calles, salir en primera plana, leer los anuncios que me dediquen. Reynaldo se descuida y recibe un golpe que lo tira encima de la cama de leopardos. Me pegaste canto de cabrón, yo no soy la loca esa que tú te crees, yo he crecido entre boxeadores, este cuerpo me lo hice en el gimnacio yo solito, para llamar la atención de papi, y el muy cabrón lo único que me sabía decir era “Peso pluma, peso pluma”. Levitando, como un místico, impulsado por el nocaut de Reynaldo, Pipo cae frente al cuadro del Boxeador Rosa.
Pipo acepta el chantaje y lo enseña no sólo a boxear, sino a aparentar ante la sociedad. Una vez que Pipo cumple su palabra, Rey empieza a ganar peleas por aquí y por allá, hasta que consigue un nombre. Pasa el tiempo y le toca la pelea más grande de su vida, pelear con Pipo, su gran amor. Let’s get ready to the rumble! decía la noticia. Un nuevo rey destrona a Pipo. Reynaldo, “El Rey”, González se convierte en la nueva gloria del boxeo puertorriqueño. ¡Exclusivo! Pipo no consígue olvidar su fracaso. ¡Celos entre dos pesos pluma! Pipo, borracho como tuerca, desenmacara al “Rey del Nocaut”.
¿Qué es lo que te jode Pipo? ¿Que ya no eres nadie? ¿Que te escondiste toda tu vida y ahora que me descubres, te descubres a ti mismo? Ya tú no tienes nada, ni carrera, ni familia, ni a mi. No, no, cabrón, no te metas con “De la Hoya”, dámelo carajo, es un Chihuahua, es frágil, no, no, no, en la bañera con hielo, no. ¿Qué te pasa? ¿Te has dado cuenta del huevo que pusiste? ¿Verdad? ¿Y ahora? ¿Cómo regresas a la Isla del Encanto? Ya no te van a trepar en las tumba cocos. Y bueno, sí, te irán a ver al aereopuerto, los periodista, que no te van a dejar en paz. Boxeo de patos, es que ya lo estoy escuchando. A mi esto no me afecta tanto ¡y tú lo sabes! ¡Muérdelo “De la Hoya”! El perro lo muerde y Pipo lo lanza a la bañera de hielo. Pipo y el Rey forcejean mientras la puerta del baño no para de sonar, a lo lejos se escucha, en ruso, los resultados de la pelea, gana el boricua por decisión de los jueces.
“El era un chico, de cabellos de oro, yo le quería casi con locura, le fui tan fiel, como a nadie he sido, y jamás supe, que le ha sucedido, porque una tarde desde mi ventana, lo vi abrazado a un desconocido no sé quién era tal vez un viejo amigo, desde ese día nunca más lo he vuelto a ver” sonaba la canción tema del Boxeo Rosa. Boxeo Rosa, Boxeo Rosa, muchas veces Boxeo Rosa, por todas las pantallas del “pay per view”. Las amazónicas rusas desfilaban por el ring anunciando al ganador de la pelea, la audiencia gritaba ¡Rey, Rey, Rey, Rey!, también se escuchaba a los lejos, mezclados y retumbando entre las cuerdas del ring…¡Pipo, Pipo, Pipo!
Sunday, November 15, 2009
"El peso pluma"
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3 comments:
¡tremendo!
Gracias Santa Rata, me alegra que le haya gustado, bonita foto! =)
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